Córdoba, 15 sep.-
trEl descubridor de la ciudad de Troya, Heinrich Schliemann, ha relatado en su autobiografía, publicada por la editorial Almuzara, su paso desde el mundo de los negocios hacia la arqueología homérica que le llevó a descubrir los restos de Troya, el tesoro de Príamo y la máscara de Agamenón, entre otros.
trEl descubridor de la ciudad de Troya, Heinrich Schliemann, ha relatado en su autobiografía, publicada por la editorial Almuzara, su paso desde el mundo de los negocios hacia la arqueología homérica que le llevó a descubrir los restos de Troya, el tesoro de Príamo y la máscara de Agamenón, entre otros.
Tras una infancia que estaba abocada a realizar grandes hallazgos de tesoros ocultos, todo pareció borrarse en su vida de juventud, "llena de vaivenes, desgracias, que sólo podían hacer adivinar un futuro de mediocridad", según ha indicado un comunicado de la editorial.
Sólo su pertinaz empeño, ya en la madurez y como millonario hombre de negocios, le permitió girar el rumbo de su vida para realizar aquellos descubrimientos soñados a la búsqueda de los lugares homéricos.
La historia de sus excavaciones, de sus publicaciones y sus resultados no están exentas de incidencias con las autoridades turcas o la comunidad académico-científica.
Con un empeño por muchos calificado de "titánico", y con una metodología de trabajo y resultados "desigual", Heinrich Schliemann (Neu-Bukow, Mecklemburgo, 1822 - Nápoles, 1890) comenzó a realizar excavaciones, entre 1870 y 1890, en los lugares que identificaba con las gestas de los poemas homéricos hasta realizar su gran hallazgo: los restos de la ciudad de Troya.
También realizó descubrimientos en Micenas, Tirinto y Orcómeno, siempre en su intento de demostrar que la Ilíada describía escenarios históricos.
Desarrolló una amplia obra literario-científica sobre sus trabajos de la que destaca: "Ítaca, Peloponeso y Troya" (1868), "Antigüedad de Troya" (1874) y "Troya" (1883).
Tras su muerte, su viuda Sophia Schleimann y su amigo Adolf Brückner, ambos compañeros de sus andanzas, hallaron unos textos que enviaron a una imprenta en 1892 y dieron como resultado esta autobiografía que muestra a un Schliemann con una personalidad controvertida, en la que se conjuga una mezcla entre carácter y destino, según se desprende de sus escritos.
Fuente: EFE
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