3.12.09 - 00:32 -Manuel Buitrago. Murcia
Construir un 'parking' de cinco plantas en una zona de protección arqueológica no es una decisión técnica, sino política. Es así porque ha sido una decisión política la que ha vuelto sobre sus pasos en un enredo de tres pares de narices. Los técnicos no están para servir de escudo de nadie. Están para determinar con sus informes si es posible o no dar cobijo bajo tierra a 1.816 plazas de aparcamiento conviviendo con un depósito de interés arqueológico del siglo XIII, que ha aflorado con una traza urbana de valor singular en una ciudad que ha ido enterrando sus genes arquitectónicos a golpe de hormigonera. Curiosa la forma de combinar cemento con arqueología cuando se autorizan obras a expensas de una excavación posterior en la que, casi seguro, salta una astilla del pasado: primero dispara y luego pregunta.
El problema del 'parking' de San Esteban es que nadie quería tomar la decisión de anular esta obra, cuando a cada minuto que pasaba saltaba a la vista que era imposible conciliarlo con el yacimiento árabe. ¿Quién daba ese paso? Un alto cargo fue muy explícito el martes cuando señaló a 'La Verdad' que el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Murcia habían perdido toda la iniciativa frente a la plataforma ciudadana, la oposición y el movimiento 'antiparking'. Por lo tanto, era imperativo para el Ejecutivo autonómico recuperar el mando a cualquier precio. De ahí que Ramón Luis Valcárcel declarara el miércoles desde Bonn que el aparcamiento quedaba descartado. Y justo aquí empieza lo más interesante de este 'affaire'.
Los veinte días
Asegura Valcárcel que había tomado la decisión hace veinte días, cuando conoció el informe de Enrique Ujaldón, director general de Bellas Artes, que destacaba la importancia del hallazgo y subrayaba la necesidad de priorizar el yacimiento, lo cual resultaba obvio. Lo que no encajaba era que Ujaldón lo hiciera compatible con el 'parking', poco menos que removiendo el yacimiento con unas técnicas sólo aptas para iniciados, con el propósito de colocarlo después encima del aparcadero que iban a construir el grupo La Generala y Gestión de Aparcamientos y Estacionamientos.
Falló la cadena de mando, según Valcárcel, de tal forma que su convencimiento de que el 'parking' estaba fuera se pudo quedar en un comentario a los más allegados o en órdenes que necesitaban su punto de reposo y maduración para que llegaran a la opinión pública, cada vez más sensibilizada con lo que se estaba 'maquinando'. Con lo que ha ocurrido, el presidente no puede evitar que su razonamiento parezca socorrido y endeble de cara al exterior. «Ha faltado pedagogía», dijo a este diario, como una forma de admitir que el asunto se ha llevado mal porque el espectro de un 'parking' imposible se ha superpuesto al interés indudable del Gobierno regional y del Ayuntamiento por conservar el yacimiento.
La consistencia de los veinte días que tanto ha dado que hablar es algo que sólo conoce Valcárcel. ¿Por qué no lo dijo alto y claro en aquel momento? El presidente, en cierta forma, asume el error de esa tardanza. Están quienes creen que el presidente ha reaccionando tarde y se ha fabricado una coartada para contrarrestar la idea de que ha actuado presionado por los ciudadanos y la Justicia. Y están quienes en su entorno sostienen que esa orden sólo la podía dar él, administrando los tiempos. Valcárcel esperaba que el alcalde Cámara hubiera sido la semana pasada más explícito sobre el fin del 'parking', pero no lo fue. Admite que «ni el alcalde ni yo estuvimos finos».
Aunque Valcárcel rechaza que ha ido a remolque, la presión se hizo el miércoles irresistible. «Se juntó un cúmulo de cosas», explicó a 'La Verdad'. Si nos atenemos a la agenda del presidente, indica que ese día grabó por la mañana sus declaraciones para La 7, como prueba de que su decisión no iba forzada por los acontecimientos. Lo cierto es que se anticipó a lo que estaba por llegar, toda vez que la Fiscalía ya había abierto diligencias el viernes de la semana anterior y era inminente que presentara una denuncia. No le preocupaba la presunción del delito, sino probablemente amortiguar el efecto judicial en unos ciudadanos especialmente sensibilizados con San Esteban.
No llega el mensaje
La acción-reacción de Valcárcel ante las actuaciones de la justicia no sigue una pauta. En el caso de Puerto Mayor mantiene la actuación de su Gobierno (incluso la del PSOE en épocas pasadas). En La Zerrichera de Águilas, la Consejería de Medio Ambiente paralizó la urbanización varios meses después de que el fiscal jefe presentara la denuncia. En la finca Lo Poyo, descartó la urbanización antes de que él mismo lo diera a conocer públicamente, según reveló el dirigente de ANSE, Pedro García, a quien comunicó esta decisión, la cual no fue muy del agrado de la alcaldesa de Cartagena. En el caso de San Esteban, es la calle la que ha ganado. En la capital, cualquier protesta se amplifica y deja más huella, y más si se desarrolla a pocos metros del despacho presidencial. Si a eso se suma el polémico desmonte de los restos arqueológicos, que derivó en un motín popular amplificado por la web, pocos gobernantes se resisten a dar marcha atrás.
¿Por qué nadie ejecutó la decisión del presidente de que el 'parking' estaba descartado? Si Ujaldón, el Ayuntamiento, el alcalde y la empresa seguían con sus planes resulta evidente que no les llegó tal mensaje. O que nadie quería apechugar con la responsabilidad de anunciar que no había aparcamiento. La otra explicación es que Valcárcel no reaccionó con contundencia hasta el miércoles, cuando todo se precipitó y había que parar el golpe. No bastaba con pregonar por activa y por pasiva que el yacimiento era prioritario (en eso no le faltaron reflejos al Gobierno regional) sino que había que detener la operación de desmonte de los restos (cosa que hizo la juez al tiempo que el presidente) y anular el 'parking'.
Cruz, de viaje
Entre medias, el consejero Pedro Alberto Cruz, dejó dicho en varios medios de comunicación que el yacimiento estaba por encima de todo y que la opción del 'parking' se apagaba, según relata Valcárcel, que le apoya sin fisuras. Antes de irse a Nueva York, Cruz le dedicó una de sus perlas al movimiento ciudadano. ¿Qué dijo? «El discurso del movimiento ciudadano es totalmente contradictorio y esquizofrénico». El mismo movimiento al que el Ayuntamiento, el día después, dio las gracias por haber defendido el yacimiento. El caso es que el consejero se ha quitado de en medio en mitad de la refriega.
¿Qué decir de Ujaldón? Tiene jefes. Y junto a eso, un montón de reflexiones y dudas que le han ido creciendo cuando dijo que después de su informe del 20 de noviembre aparecieron más datos que le indujeron a pensar que el 'parking' ya no se podía hacer, según ha manifestado a toro pasado. El director general dice que iba llegando al punto de la incompatibilidad yacimiento-aparcamiento mientras hacía partícipe de sus reflexiones a la concejala Nuria Fuentes. Pero Ujaldón no varió su informe. Los tiempos de la Administración no son los de la calle, que vibra con otro pulso. Ahí es donde el político demuestra sus reflejos, pero la impresión que salía de los despachos era de 'sostenella y no enmedalla'. Al final, paradójicamente, nadie se siente desautorizado y todos contentos.
La Consejería de Cultura, el Ayuntamiento y la empresa han apurado hasta el último minuto para ver si el 'parking' era posible. Era la hoja de ruta desde que en abril del 2008 la Dirección General de Bellas Artes aprobó el aparcamiento y la plaza que iba encima pese al depósito arqueológico que había debajo.
Esa ruta la mantuvo Ujaldón en noviembre pasado, también pese a los abrumadores indicios. La empresa La Generala, que es la que se juega el dinero, no abre la boca. Su portavoz, Antonio Hernández, se remite en todo momento a lo que diga el Ayuntamiento de Murcia, como si fuera el relaciones públicas de la empresa. Un comportamiento muy curioso en una sociedad privada. «El Ayuntamiento es el que decide. Nosotros somos meros ejecutores», señala Hernández, quien borra toda posibilidad de poder hablar con el presidente de la empresa, Manuel Martínez.
Ahora serán indemnizados con los tres millones de euros que al parecer han puesto, aunque pierden el negocio. Curioso también que el Ayuntamiento esté convencido de que La Generala no va a recurrir ante los tribunales porque ha surgido una eventualidad de fuerza mayor.
Cabe deducir que alguien informó a La Generala de que Valcárcel iba a pegar el cerrozajo al 'parking'. Igual de llamativo resulta que La Generala y su socio se arriesgaran a perder el parking -y a costear las excavaciones- sabiendo de antemano lo que se podían encontrar en el subsuelo. A menos que alguien se hubiera comprometido a tirar para adelante contra viento y marea. Tal vez esperaban encontrar cuatro pedruscos para meterlos en una urna, pero no un barrio entero.
Conviene preguntarse quién y por qué se eligió el jardín de San Esteban, en zona de interés arqueológico, para colocar el aparcamiento. Y más sabiendo que hay otros siete estacionamientos en 100 metros a la redonda, entre ellos el nuevo de la avenida de la Libertad.
El Ayuntamiento 'pasa'
En todo momento, el Ayuntamiento le ha pasado 'el muerto' a la Comunidad Autónoma. Con cierta razón, ya que todo estaba en manos de la Consejería de Cultura. «La Comunidad es la competente», insistían mientras el panorama se ponía cada vez más negro. Como Ujaldón, la Concejalía no sabía nada del proceso de decisión de Valcárcel. Hasta el miércoles a mediodía seguía la senda marcada por el informe de Bellas Artes, según confirmó este diario. Ya saben: el combinado yacimiento-aparcamiento. Sólo otro informe contrario de Cultura cambiaría el primero.
El Grupo Municipal del PP tampoco estaba en la clave del presidente por cuanto en el Pleno del pasado día 27 mantuvo la fórmula de la compatibilidad. En esas mismas fechas, Bellas Artes seguía con la idea de desmontar parte del yacimiento para, indicaron, proseguir con la excavación y evitar que se debilitara la base del palacio de San Esteban. Así quedó reflejado en el programa 'El Debate' de Canal 6. Iban con la proa puesta.
Al Ayuntamiento, cuentan en el PP municipal, le daba igual a esas alturas que hubiera 'parking' o no. «No nos vamos a inmolar con el aparcamiento», dijeron. «Tenemos un magnífico yacimiento árabe para que lo disfrute la ciudad».
Eso lo dijeron a esta Redacción horas antes del anuncio de Valcárcel, aunque el 'parking' seguía con una vela encendida. Dicen que tampoco se sienten avasallados o sobrepasados por el Gobierno regional. Quieren desterrar cualquier cosa que apunte a un enfrentamiento o malestar entre Cámara y Valcárcel. «Siempre hemos ido de la mano con la Comunidad», apostillan.
Lo que no le sentaba bien al Ayuntamiento era tener que claudicar con el aparcamiento de San Esteban después de los largos años de conflicto y de pleitos con la plataforma 'antiparking'. Cree que indirectamente han ganado estos viejos 'enemigos' al emerger el yacimiento, aunque los 'hippies' y vendedores del mercadillo tienen ahora muy difícil, por no decir que imposible, regresar a San Esteban.
«¿Qué querían algunos en realidad: conservar el yacimiento o cargarse el parking a toda costa?», se preguntan desde el Consistorio.
El alcalde Miguel Ángel Cámara, que estaba de viaje en Estocolmo, habló con Ramón Luis Valcárcel para conocer el anuncio que pensaba hacer el presidente. En su entorno comentan que «Cámara tiene claro que no quiere pasar a la historia por cargarse los restos árabes», como sucedió con uno de sus predecesores, que se cepilló los baños árabes para construir sobre ellos la Gran Vía. Como alcalde, podía haberse adelantado y anunciar que no era posible el 'parking', pero le ha dejado ese honor al presidente Valcárcel.
Fuente: La verdad
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