Los vecinos de Castrelo, en Laxe, temen que el emplazamiento se vea afectado por el nuevo trazado de la carretera
Los arqueólogos han desenterrado en los últimos meses parte de una muralla y una puerta monumental
Como suele ocurrir con la toponimia, la denominación de la pequeña aldea laxense de Castrelo (en la parroquia de Soesto) no es casual y ya apuntaba a la existencia de algún yacimiento arqueológico en el lugar. Pero no ha sido hasta la ejecución del plan arqueológico realizado en el marco del proyecto de mejora de la carretera AC-433 cuando ha salido a la luz este emplazamiento megalítico -catalogado por Patrimonio, pero sin estudiar hasta ahora-, reavivando al mismo tiempo la preocupación por su preservación.
Hace ahora medio año, los propios vecinos alertaron del peligro que suponían para este castro sin excavar las obras del nuevo vial, y ha sido el trabajo llevado cabo durante varios meses por un equipo de arqueólogos lo que ha permitido confirmar su importancia, arrojando también nuevas dudas sobre su futuro.
Muralla y un acceso
Las primeras catas sobre el terreno realizadas en febrero han dado paso a una amplia excavación cuyos primeros frutos saltan ya a la vista en forma de un gran muro de piedra de más de tres metros de anchura abierto en uno de sus laterales por una puerta monumental similar a la de otras construcciones emblemáticas como el vecino castro A Cidá, de Borneiro (Cabana), o el coruñés de Elviña, tal como cuenta el director del portal de divulgación del Consello da Cultura Galega y arqueólogo aficionado, Manuel Gago.
Asimismo, los trabajos, realizados entre varias de las casas que salpican el lugar, permiten ya contemplar el escalonado característico de estas construcciones típicas de la Edad de Hierro en Galicia, a pesar de que la zona estudiada hasta la fecha no es más que una pequeña parte del área delimitada también en el proyecto del Plan Xeral del municipio y oculta, en su mayor parte, por un pinar.
La presencia de las viviendas en sus proximidades puede haber afectado a parte de los restos del castro, puesto que las piedras de estos complejos acostumbran a ser reutilizadas con el paso de los siglos en nuevas construcciones, pero los vecinos no están dispuestos a que su degradación continúe, y por eso reclaman que no se vea afectado por el trazado de la AC-433.
Dudas vecinales
Al respecto, desde la Consellería de Política Territorial, explicaron meses atrás, cuando surgieron las primeras protestas, que la presencia del yacimiento ya había sido prevista en el proyecto para evitar daños, pero los habitantes del lugar no acaban de creerlo.
«É lóxico que esteamos preocupados pola estrada nova, porque as marcas que puxeron os operarios da empresa indican que vai pasar por alí», explicó ayer José María Rey Lema, tras acompañar a unos parientes hasta el lugar de las excavaciones para mostrarles un hallazgo sorprendente, aunque no demasiado. «Sempre -añadió- se comentou que había algo aí, e mesmo na zona tamén hai outro lugar que se chama O Inferno, pero tampouco esperabamos algo así».
Por ahora, las excavaciones marchan a más velocidad que las obras del vial, lo que ha propiciado que los vecinos e incluso algunos visitantes, como el propio Manuel Gago, disfruten del hallazgo con la esperanza de que no sea más que el comienzo de la recuperación de un enclave que espera para salir a la luz desde hace siglos.
vecinos y han atraído ya a algunos visitantes
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