Cañones, mascarones de proa, tres mástiles, cofres, morriones, monedas, mesas, recipientes, jarras, vasos, armas, toda clase de piezas y otros utensilios de la época han permanecido en perfecto aislamiento, a 43 metros de profundidad, en el mismo sitio donde se hundió el galeón holandés hace más de 400 años. Se trata de uno de los mayores descubrimientos marinos de todos los tiempos y un hallazgo cultural de incalculable valor.
Aunque en un principio se dijo que un grupo de la televisión nacional SVT, mientras realizaba un reportaje sobre el archipiélago de Estocolmo y las navegaciones de recreo, encontró el pecio, la realidad es otra. Tres submarinistas experimentados, hallaron por casualidad ese barco que yacía en el fondo marino, a la espera de ser rescatado, mientras buscaban un cargador de acero, que desapareció en aguas bálticas en los años 40 del siglo pasado.
«En realidad estábamos buscando el carguero M/S Alma, pero nos llevamos la sorpresa más agradable de nuestra vida al encontrar al denominado “Lejon-vraket”», cuenta el oceanógrafo sueco Markus Hådre, quien con sus compañeros de aventuras, Jonas Rydin y Anders Bäckström, hicieron el mayor hallazgo de su vida en aguas bálticas: un buque neerlandés del tipo «flauta» que data de 1600.
Galeón antiguo y casi intacto
Rydin y Bäckström fueron los primeros en lanzarse a las profundidades del mar en un soleado día del mayo pasado. Cuando volvieron a la superficie y contaron, muy excitados, que habían encontrado un galeón muy antiguo y casi intacto, con una cabeza de león en la popa, Markus André pensó que bromeaban. «Segundos más tarde vi las fotografías y videos con cañones, maderas labradas y figuras de leones, y comprendí que éste era un hallazgo único, un verdadero bombazo». Lo bautizaron como el «Lejonvraket», por el león que lleva su popa.
Suecia es una de las naciones que más secretos y riqueza guarda en pecios sumergidos alrededor de sus costas. Es el mar Báltico, sobre todo, donde más embarcaciones y restos arqueológicos se han encontrado, muy bien conservados a lo largo de los años. Estos días las autoridades preparan una expedición al lugar donde está sumergido a unos 50 metros de profundidad el «Lejonvraket», para determinar el historial del galeón, su identidad, sus datos sobre su fabricación, edad exacta, la ruta que llevaba... y preparar su rescate.
Expertos en arqueología marina, historiadores y oceanógrafos «buscadores de tesoros» han determinado que es de la misma época que el famoso buque de guerra «Vasa», construido bajo la dirección del holandés Henrik Hybertsson, experimentado constructor naval, considerado como el más famoso de Escandinavia, que hoy admiran nacionales y extraños en el museo que lleva su nombre. Símbolo de la riqueza de aquel siglo de Oro, el barco será rescatado y tal vez regrese a su tierra de origen, la actual Holanda, para ser expuesto en algún museo.
Es posible que Suecia invite a los holandeses a participar en las faenas de rescate. De momento, se han prohibido toda clase de expediciones submarinas o deportes acuáticos en el lugar, en pleno archipiélago de Estocolmo en Lillsved, muy cerca de la localidad veraniega Värmdö.
El «Lejonvraket» es el segundo galeón encontrado durante los dos últimas años en el Mar Báltico. En 2007, cerca de Sandön, isla de Gotland, un grupo de la empresa Marin Mätteknik AB, descubrió el navío conocido como «El buque fantasma». Se considera que es uno de los «tesoros» mejor preservados y no se descarta que el barco hallado en mayo sea «el gemelo» de aquél, ya que tiene las mismas características.
Modelo típico del siglo XVII
Un navío que probablemente se utilizaba para el comercio entre Ámsterdam y Estocolmo a mediados del siglo XVII. El modelo es típico de su época y su diseño y construcción sin lugar a duda neerlandeses. Es sabido que Holanda, con España, tuvo un periodo brillante durante el siglo XVII y que ambas naciones dominaban el mundo en aquellos tiempos. Los holandeses, expertos en navegación, ganaron fama y dinero con su flota y sus colonias. Tenían cientos de navegaciones que trafican todos los mares. Este buque de vela, que permanece de momento sumergido en el Báltico, es un modelo del tipo «flauta». Conservado prácticamente intacto —gracias a la baja temperatura y composición de aquellas aguas—, mantiene en perfecto estado los espacios y camarotes interiores. Además, pueden verse los cofres de los marineros, mesas, sillas, utensilios, y demás equipos necesarios para la navegación. Sin duda, en la parte hoy no visible se hallarán piezas de incalculable valor cultural.
El Báltico es un gran cementerio de naves hundidas. Los historiadores y arqueólogos aseguran que no hay otro mar en el mundo que pueda compararse con él en cuestión de arqueología marina. En sus turbias aguas con muy bajo nivel de sal —lo que las protegen de los agresivos moluscos y otros organismos que destruyen las maderas—, hay desde barcas de la época de los vikingos y navíos medievales hasta buques acorazados de las dos guerras mundiales. Ese mar ha permanecido «virgen» durante tantos siglos, y todo lo que custodia en sus profundidades se mantiene prácticamente igual. Bucear en sus aguas es como volver la páginas de la historia.
Hasta ahora se han recuperado 20.000 pecios, pero los historiadores aseguran que hay alrededor de 80.000 más. La franja cercana a la pequeña localidad de Dalarö (a unos 40 km de la capital) es especialmente rica en naufragios ya que solía ser zona aduanera para todos los buques que navegaban hacia la capital sueca. Esos naufragios que según, Andreas Olsson, director del Museo Arqueológico de Estocolmo. califica estos buques que permanecen en el fondo del mar como «las pirámides del norte de Europa».
Hasta ahora se han recuperado 20.000 pecios, pero los historiadores aseguran que hay alrededor de 80.000 más. La franja cercana a la pequeña localidad de Dalarö (a unos 40 km de la capital) es especialmente rica en naufragios ya que solía ser zona aduanera para todos los buques que navegaban hacia la capital sueca. Esos naufragios que según, Andreas Olsson, director del Museo Arqueológico de Estocolmo. califica estos buques que permanecen en el fondo del mar como «las pirámides del norte de Europa».
Fuente y VÍDEO: abc
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