El ayuntamiento cierra el acuerdo que permitirá proseguir los trabajos en Ruaya.
M. V., Valencia
Los trabajos arqueológicos de la calle Ruaya, donde gracias a la edificación de un estacionamiento subterráneo se descubrió la construcción más antigua de la actual Valencia -una balsa que data del siglo III a. C. y pertenece al mundo íbero-, se encuentran paralizados desde el pasado mes de febrero.
La falta de acuerdo entre la empresa constructora del proyecto y el ayuntamiento ha propiciado un parón de tres meses que, según el concejal de Circulación, Alfonso Novo, está próximo a acabar: "Tal vez incluso esta misma semana comiencen ya de nuevo las excavaciones", anunció ayer.
El problema no era otro que concertar el porcentaje de presupuesto que debía afrontar el consistorio valenciano, puesto que el dinero que en principio iba a invertirse en el proyecto se disparó en cuanto empezaron a desvelarse los primeros secretos arqueológicos que guardaba el solar; por no hablar del retraso que estos hallazgos suponen para la edificación del aparcamiento.
A partir de esta semana
Finalmente, y después de alcanzar un acuerdo satisfactorio para ambas partes, la excavación ha quedado "desbloqueada y podrá retomarse incluso esta misma semana porque, prácticamente, lo único que falta ya es firmar el documento", señaló Novo.
En total, el Ayuntamiento de Valencia invertirá en torno al millón de euros en los trabajos arqueológicos, que quedaron en suspenso justo cuando estaban a punto de desvelar sus tesoros más preciados: todos los elementos y construcciones pertenecientes a la época romana primero, y a la íbera después.
En previsión de este paro, la codirectora de las excavaciones, Marisa Serrano, dejó la zona perfectamente protegida antes de la celebración de las fiestas falleras, en algunos casos con material geotextil e incluso con paletadas de tierra a modo de protección sobre los restos arqueológicos.
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