lunes, 23 de junio de 2008

Un edificio religioso de hace casi 3.000 años


Vista general. El santuario, en primer término, y el talaiot, que presenta una escalera monumental

El santuario cercano al talaiot occidental de Cornia presenta dos ámbitos, uno de los cuales conserva la cubierta pétrea

toni seguí , Maó

Las excavaciones realizadas en el poblado de Cornia han confirmado la existencia de un santuario de planta absidal orientado al sur, con un primer ámbito lobulado y un segundo –inaccesible y aún no excavado– que presenta un corredor y, además, conserva una cubierta ‘in situ’. Este edificio religioso podría remontarse como mínimo entre los años 1.000 y 500 antes de nuestra era, hipótesis pendiente de los análisis de datación radiocarbónica, según ha informado el arqueólogo y codirector de las excavaciones Antoni Ferrer.

El santuario que se levanta junto al talaiot occidental de Cornia presenta un primer ámbito con un corredor central y sendas habitaciones a cada lado, con muros interiores construidos con paramento simple, es decir, una hilada de piedras, similar a las viviendas de época talaiótica de Torre d’en Galmés. El segundo ámbito del santuario está más próximo al talaiot, aún no es accesible y presenta un corredor perpendicular a aquel, con una trayectoria curvada hacia el oeste. Los sedimentos acumulados en su interior imposibilitan determinar la existencia de entradas laterales a otros ámbitos. Poco habitual es la localización de la cubierta ‘in situ’, diseñada mediante la técnica de aproximación de hiladas y la colocación de lajas de un metro de longitud en posición horizontal, con piedras de tamaño pequeño y mediano para formar una capa de protección.

Las excavaciones han sacado a la luz únicamente cerámicas indígenas realizadas a mano, por lo que la ausencia de cerámicas de importación indicaría que el santuario estaba activo en un momento histórico en el que no había contactos comerciales con los pueblos clásicos. Por tanto, el equipo de arqueólogos defiende una cronología encuadrada como mínimo en la segunda mitad del primer milenio antes de nuestra era, aunque los análisis del carbono 14 determinarán la antigüedad de los restos. Por otra parte, uno de los interrogantes aún sin esclarecer es si el santuario se construyó junto al talaiot preexistente o, por el contrario, éste fue anexado posteriormente al edificio religioso. Esta cuestión podrá ser resuelta cuando después del verano se excave el segundo ámbito del santuario que confronta con el talaiot.

Los principales objetos materiales encontrados en el santuario son unos siete u ocho “molons” o molinos de mano, así como algunos percutores (“macs de la mar”) para triturar los alimentos. La presencia de los ‘molons’, asociados normalmente a la actividad doméstica, no invalida el carácter sagrado del recinto, puesto que posiblemente fueron reutilizados como elementos constructivos, al haber sido encontrados en el nivel de derrumbre del edificio. Además, la distribución del recinto no responde a la de una construcción de hábitat.

Por otra parte, se han excavado dos depósitos o ‘sitjots’ situados junto al talaiot oriental de Cornia, con el hallazgo de cerámica islámica y un pequeño fragmento de bronce inclasificable y, en un nivel inferior, cerámica púnica, ibérica, itálica y talaiótica, además de un proyectil de plomo utilizado por los honderos y un utensilio de hierro sin identificar.

La excavación, financiada por el Consell y la Dirección General de Investigación del Govern, ha sido codirigida por Lluís Plantalamor, Silvia Villalonga, Antoni Ferrer y Joaquim Pons, con la participación de Montserrat Anglada, Damià Ramis, Martí Carbonell y Gustau Juan.


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