La policía ha localizado un nuevo lote de arte expoliado, una colección
escondida desde hace 50 años en el apartamento de Cornelius Gurlitt, de
80, con pinturas de Picasso, Chagall o Matisse y valorada en más de mil
millones de euros
La policía bávara ha localizado un escondrijo en Munich con una impresionante colección de aproximadamente 1.500 piezas atribuidas a maestros como Picasso, Matisse, Chagall o Klee, que habrían sido atesoradas tras la época del Tercer Reich por Cornelius Gurlitt, de 80 años, hijo del conocido marchante Hildebrand Gurlitt. La noticia se produce apenas una semana después del anuncio de la asociación de museos holandeses, que identificó hasta 139 obras expoliadas en
la época de los nazis, lo que devuelve al primer plano la
insuficiente categorización e identificación del expolio producido
durante el periodo de 1933-1945 durante el cual Adolf Hitler impuso el
régimen nazi en Alemania.
Cornelius habría guardado las obras de arte en su apartamento durante más de 50 años según
ha informado la prensa alemana. Su valor podría ascender a más de mil
millones de euros. Gurlitt fue investigado a partir de 2010, pero no por
la posesión de las obras sino por ser sospechoso de evasión fiscal, debido a los numeroros viajes que hacía en tren de Múnich a Suiza llevando importantes sumas de dinero. Las sospechas sobre la posible evasión de capitales de Gurlitt llevaron a los agentes a buscar en su apartamento.
La impresionante colección que encontraron proviene del expolio de obras perpetrado por los nazis antes de la Segunda Guerra Mundial. En concreto, del arte que consideraron como degenerado y que habría sido confiscado o robado directamente a diferentes coleccionistas judíos.
De hecho, es conocido que Adolf Hitler aborrecía el arte de las vanguardias, todas las obras que no tuvieron un trasfondo clásico, lo que le llevó a perseguir lo que el partido nazi denominó “arte degenerado”. Uno de los brazos ejecutores de su plan fue precisamente Hildebrandt Gurlitt, padre de Cornelius.
Hildebrandt fue reclutado por el mismo Joseph Goebbels, ministro de Propaganda, como uno de los miembors de la Comisisón para la Explotación del Arte Degenerado, en compañía de Karl Buchholz, Ferdinand Möller y Bernahrd Boehmer.
El objetivo de Goebbels era vender las obras confiscadas en el exterior
para obtener divisas, aunque la comisión no cumplió sus órdenes a pies
juntillas, ya que no reportó con minuciosidad todas las transacciones,
lo que explicaría la colección que atesoró Hildebrandt.
Así, aunque el halllazgo se habría producido en realidad en 2011, cuando la policía de Munich encontró el botín en el apartamento, ha
sido ahora cuando se ha hecho público. Desde entonces los cuadros se
han depositado en un almacén en las afueras de Múnich mientras se
localiza a los herederos de los propietarios originales.
Muchas de las obras encontradas han sido atribuidas a Chagall, Emil Nolde, Franz Marc, Max Beckann, Oskar Kokoscha, Paul Klee o Max Liebermann y de ellas al menos 300 han sido categorizadas como obras que fueron consideradas “degeneradas” por los nazis y por lo tanto confiscadas.
Otras se sospecha que fueron adquiridas por el padre de Cornelius, Hildebrand Gurlitt, aprovechando la caída de su valor tras el ascenso al poder de los nazis en 1933
y aprovechando la creciente necesidad de la comunidad judía. Cornelius
habría conservado las obras a la muerte de su padre, aunque habría
vendido algunas, como por ejemplo un trabajo de Max Beckmann vendido por un precio de más de un millón de euros en la casa de subastas Lempertz en Colonia.
Meike Hoffman, la historiadora del arte encargada de identificar a los propietarios originales,
ha confirmado a la prensa alemana que aún existen un número
considerable de obras de las que se perdieron la pista precisamente en
el periodo nazi.
Julio MARTÍN ALARCÓN
Fuente: La Aventura de la Historia
1 comentario:
Es muy interesante tu blog. Te felicito.
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