martes, 17 de junio de 2008

“Queremos desmitificar que la casa talaiótica siga un patrón determinado”

Los doctores en Arqueología Amalia Pérez-Juez y James Wiseman codirigen las excavaciones


Equipo. Está formado por alumnos de arqueología y tres profesionales que realizan la tesis doctoral

Un equipo de Boston University realiza la sexta campaña en Torre d’en Galmés, en el marco de un proyecto de investigación sobre el hábitat talaiótico y su reocupación romana e islámica

toni seguí, Alaior

El departamento de arqueología de Boston University (BU), de EEUU, realiza un proyecto de investigación del hábitat talaiótico y su reocupación romana e islámica y lleva excavando ocho años en Isla, primero en el poblado de Talatí de Dalt y ésta sera la sexta campaña en Torre d’en Galmés, que empezó el 25 de mayo y finalizará a principios de julio. El equipo está formado por 22 personas, con 18 estudiantes de arqueología y otros tres profesionales (Kevin Mullen, Marta Ostovich y Claire Payne) que preparan su tesis doctoral. La doctora en arqueología de la BU, Amalia Pérez-Juez, es codirectora de las excavaciones de la llamada casa número 2 en Torre d’en Galmés, junto al también doctor en dicha disciplina James Wiseman.

La tesis que defienden ustedes acerca de la casa talaiótica difiere de la concepción tradicional.

La idea que teníamos era excavar una casa talaiótica, que siguiendo la bibliografía tradicional tiene una tipología, sigue unos patrones. Nosotros al empezar a excavar nos dimos cuenta de que se trataba de algo, no digo falso, pero sí un poco simple. Las casas talaióticas no son como chalets adosados, sino que son complejos arquitectónicos en los que una serie de personas comparten espacios interiores o exteriores que están conectados. Entonces, nosotros ya no estamos hablando de casa talaiótica, sino de estructuras arquitectónicas talaióticas, es decir, una serie de viviendas conectadas y en las que se realizan distintas funciones vitales, pero también otras de tipo industrial (cerámica, herramientas de metal, entre otras). Intentamos ver la conexión entre estas viviendas y cómo se organiza el urbanismo en este poblado.

¿Cómo han llegado a la conclusión de que esta vivienda no tenía patio interior?

Nosotros no decimos que el patio interior no exista, sino que no lo hemos encontrado. Una cosa que siempre se había dicho es que las casas estaban anexadas una con la otra, la que excavamos nosotros no está anexada, hay un corredor por medio. Se ha dicho que el patio interior estaba cerrado, pero al analizar los sedimentos, es decir, la serie de suelos que ha quedado con el paso de los años, con la micromorfología puedes ver si esta tierra ha estado sometida al agua. Todos los depósitos sedimentarios del llamado patio estaban protegidos, no han sufrido la acción del agua. Eso a nosotros nos permite de una manera bastante certera afirmar que en la casa que excavamos no había un patio interior, que no quiere decir que no lo hubiera en otras. Aquí hay casas con espacios interiores tan grandes que es imposible cubrirlos, a menos de que hubiera algún tipo de poste, pero la nuestra es tan chiquitita, los espacios interiores podían cubrirse perfectamente.

También han utilizado la reconstrucción virtual, ¿no es así?

Hicimos una reconstrucción en tres dimensiones y uniendo los postes verticales que hay por arriba, encontramos que perfectamente de un pilar a otro pilar nos cabría una laja de piedra sin romperse, que no sería descabellado que estuviera cubierto. También queremos desmitificar que el hábitat talaiótico sigue unos patrones y que todo es igual, cuando sería en función de las necesidades de las personas que vivían en cada vivienda. Hemos realizado mucho trabajo de laboratorio, hemos analizado cada trocito de sedimento, sabemos cómo eran los suelos, cómo se construían.

Además de la excavación propiamente dicha, el proyecto tiene un componente pedagógico.

Una de las partes muy importantes de nuestro proyecto es enseñar arqueología a nuestros alumnos, que son 16 de este año y otros dos que repiten del año pasado, luego hay tres estudiantes de doctorado que son profesionales que hacen investigación, en total somos un equipo de 22 personas. Se trata de enseñarles cómo concebimos la arqueología, una disciplina en la que participan otras muchas disciplinas, como una área de investigación interdisciplinar, en la que no sólo enseñamos a excavar, recuperar cerámica y cata logarla, sino que hacemos mucha analítica, estudiamos todos los depósitos sedimentarios, analizamos todas las tierras para ver cómo se han formado, las semillas, los huesos, los fitolitos -que son las plantas que han podido quedar en el suelo- y hacemos reconstrucción tridimensional.

Fuente: Diario de Menorca

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